Resumen: Si España fuera un paciente, el estado de ánimo en la sala del hospital sería tenso. Todos los intentos por especialistas locales, asesorados por reconocidos consultores europeos para tratar la enfermedad no traen más que un alivio temporal. Aún son más preocupantes, las recaídas después de cada dosis que es lo que está ocurriendo, las posibilidades de España de evitar la unidad de cuidados intensivos, un completo bail-out están retrocediendo cerca hasta el punto de fuga. Los síntomas de la enfermedad española son manifiestos en los rendimientos de los bonos gubernamentales.

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