Resumen: Los horrores de la guerra civil en Siria se han convertido en un proceso sistemático e implacable donde las recientes masacres apenas han sido ventiladas en la prensa mundial. Pero si se puede verificar que el 21 de agosto casi 1.200 personas, la mayoría de ellos civiles, asesinados con armas químicas disparadas por las fuerzas del presidente Bashar Assad, un nuevo nivel de atrocidad habrá sido alcanzado persuadiendo a los gobiernos occidentales a cambiar su política de no intervención militar. Barack Obama declaró en un discurso hace un año que cambiaría sus cálculos. Desde entonces, el presidente estadounidense ha puesto la cara contra la participación directa.

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