Resumen: Los agricultores, comerciantes y compradores están celebrando la supresión de uno de los más odiados impuestos, arancel sobre las grasas saturadas, hace más de un año. El impuesto fue sin duda bien intencionado, ya que alimentos pocos saludables eran más costosos por lo tanto se redujo su consumo, evitando así enfermedades cardiovasculares, obesidad, permitiendo un mejoramiento en la salud pública.

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