Resumen: Será el resultado de las elecciones francesas un cambio de Presidente sin que los debates cruciales del período abierto desde 2007 hayan sido cerrados hasta ahora. La alternancia política sería un alivio para los franceses. Porque, más allá a través de los más notorios del Presidente saliente su difusión, su exhibicionismo, su capacidad de decir todo y luego su opuesto, la fascinación de los ricos, casi iguales a su disposición para transformar los desempleados, los inmigrantes, musulmanes los últimos cinco años han marcado una declinación de la democracia política y la soberanía popular. Después del referéndum de mayo de 2005, los candidatos de los dos principales partidos representados en el Parlamento han ignorado la oposición de la mayoría de los franceses a una construcción europea que todos los errores de diseño revelan hoy. El referéndum fue transcrito por una votación sin apelación, al final de un debate nacional de mejor calidad que la actual campaña electoral. Y la Presidencia de Nicolás Sarkozy, que marca el retorno a la gracia de voluntarismo en la política, termina con una serie de confusas declaraciones.

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