Brazil's economy : wrong numbers
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ArtículoDescripción: pp.38Tema(s):
En: The Economist - Vol.406 No.8819Resumen: Resumen: Para los brasileños, decepcionantes noticias económicas sólo siguen avanzando. Después débiles cifras de PIB tercer trimestre sorprendidas del mercado los economistas y el gobierno a finales de noviembre, ambos cortan sus predicciones para el crecimiento en el 2012 a sólo 1%. Entonces el gobierno admitió que sólo afectaría su objetivo rigurosamente vigilado por el superávit fiscal primario, de 3.1% del PIB, por omitir algún gasto en infraestructura de las sumas, adelantar los dividendos de las empresas estatales y asaltando el fondo de riqueza soberano que estableció en 2008. Ahora las cifras de inflación han traído más penumbra. Durante el año 2012, los precios subieron por 5,84% por encima de las expectativas del mercado y, por tercer año consecutivo, cerca del techo de la gama (2.5-6.5) dirigido por el Banco Central. De hecho, la figura titular subestima las presiones inflacionarias. Si el gobierno federal no tenía los precios de la gasolina y los municipios congelados las tarifas de transporte público antes de las elecciones locales de octubre, últimos años hubieran sido más cerca de 6.5%; en 2013 ambos precios son propensos a subir.
Resumen: Para los brasileños, decepcionantes noticias económicas sólo siguen avanzando. Después débiles cifras de PIB tercer trimestre sorprendidas del mercado los economistas y el gobierno a finales de noviembre, ambos cortan sus predicciones para el crecimiento en el 2012 a sólo 1%. Entonces el gobierno admitió que sólo afectaría su objetivo rigurosamente vigilado por el superávit fiscal primario, de 3.1% del PIB, por omitir algún gasto en infraestructura de las sumas, adelantar los dividendos de las empresas estatales y asaltando el fondo de riqueza soberano que estableció en 2008. Ahora las cifras de inflación han traído más penumbra. Durante el año 2012, los precios subieron por 5,84% por encima de las expectativas del mercado y, por tercer año consecutivo, cerca del techo de la gama (2.5-6.5) dirigido por el Banco Central. De hecho, la figura titular subestima las presiones inflacionarias. Si el gobierno federal no tenía los precios de la gasolina y los municipios congelados las tarifas de transporte público antes de las elecciones locales de octubre, últimos años hubieran sido más cerca de 6.5%; en 2013 ambos precios son propensos a subir.
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