Syria's conflict : no end in sight

Tipo de material: ArtículoDescripción: pp.41Tema(s): En: The Economist - Vol.406 No.8818Resumen: Resumen: El 6 de enero, en su primer discurso público desde hace casi siete meses, del presidente Bashar Assad una vez más puso su rostro contra cualquier sugerencia que debe negociar con los rebeldes, afirmando que no aceptaba la idea de su propia partida como prerrequisito para una transición pacífica. Él también parecía menospreciar los servicios de Lakhdar Brahimi, el enviado de las Naciones Unidas y la Liga Árabe en Siria, que ha estado recorriendo la región sin descanso y capitales alrededor del mundo en un esfuerzo por negociar una solución. Assad intenta plantear una oferta de reforma, haciendo eco de promesas incumplidas previamente, fue rechazado inmediatamente por sus oponentes, ambos armados y no-violentos, incluyendo el organismo de coordinación nacional, un grupo aún tolerado por el régimen. Dijo que no hablaría con los terroristas, como él llama a los rebeldes. Su gobierno fue determinado, dijo, para batir al doble desafío de los regímenes occidentales de conspirar para derrocarlo y de terroristas vinculados al-Qaeda.
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Resumen: El 6 de enero, en su primer discurso público desde hace casi siete meses, del presidente Bashar Assad una vez más puso su rostro contra cualquier sugerencia que debe negociar con los rebeldes, afirmando que no aceptaba la idea de su propia partida como prerrequisito para una transición pacífica. Él también parecía menospreciar los servicios de Lakhdar Brahimi, el enviado de las Naciones Unidas y la Liga Árabe en Siria, que ha estado recorriendo la región sin descanso y capitales alrededor del mundo en un esfuerzo por negociar una solución. Assad intenta plantear una oferta de reforma, haciendo eco de promesas incumplidas previamente, fue rechazado inmediatamente por sus oponentes, ambos armados y no-violentos, incluyendo el organismo de coordinación nacional, un grupo aún tolerado por el régimen. Dijo que no hablaría con los terroristas, como él llama a los rebeldes. Su gobierno fue determinado, dijo, para batir al doble desafío de los regímenes occidentales de conspirar para derrocarlo y de terroristas vinculados al-Qaeda.

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