Resumen: En período de 2000 a 2008 se ha visto un extraordinario intento de constitucionalismo formalmente en la Unión Europea. Partiendo de viejas tradiciones dentro del proyecto europeo, un discurso constitucional iniciado en las etapas finales de la Conferencia Intergubernamental negociando el Tratado de Niza conducen al llamado proceso de Laeken. La puesta en marcha de una Convención Constitucional y la negociación de un Tratado por el que se establece una Constitución para Europa. Sin embargo, la falta para ratificar esta Constitución Europea lanzó el proyecto de reforma, quedando todo en duda. Después de un período de reflexión y posterior negociación gobiernos acordaron un nuevo Tratado que mantiene gran parte de la sustancia de la Constitución, pero evita el lenguaje simbólico que este contenía. Este artículo traza los altibajos de este período de la reforma del Tratado, argumentando que la constitucionalización de la Unión Europea es mejor visto como un largo y gradual proceso.