La retención ilegal de una persona atribuible a agentes particulares o del Estado con el fin, no de hacer alguna exigencia a cambio de su liberación, sino de darle muerte y luego ocultar o destruir su cadáver, es quizá la violación más macabra del derecho a la vida. El cadáver es abandonado en algún lugar a la vista pública, calle, carretera, finca, pero con una particularidad sus patrones de identificación, huellas dactilares, rasgos faciales, ha sido previamente destruidos, por el autor o autores del crimen, obligando a los médicos forenses a clasificarlo como N.N.