Los romanos tomaron la palabra asylum de la voz griega ásylon, con la cual se designaba el sitio inviolable que servía de refugio a los delincuentes perseguidos. El derecho de asilo es, por lo tanto, el que tiene toda persona injustamente acosada u hostigada por las autoridades de un estado para pedir y obtener la protección humanitaria de otro estado. En el derecho internacional se define el asilo como la protección que un Estado otorga a un individuo que huyendo de persecuciones injustas busca refugio en su territorio o en un lugar sometido a su autoridad fuera de su territorio; el asilo diplomático es el otorgado a quien viéndose perseguido por razones políticas se refugia en inmuebles, nace o aeronave que goza de inmunidad conforme al desarrollo internacional.