El cambio estructural consiste en los cambios de largo plazo en la composición de la producción y el empleo nacional. Bajo este enfoque, se examina la evolución de la desigualdad en el ingreso en 27 países de tres continentes del mundo en desarrollo para el periodo 1960- 2010. El sector de servicios se ha convertido en el mayor empleador, pero el sector agrícola sigue siendo importante en la distribución del ingreso porque la pobreza predomina en el campo y la mano de obra es abundante. Se hace una descomposición sectorial de la productividad agregada de la mano de obra a nivel país; los países son clasificados en agrarios, duales (principiante, intermedio y avanzado) y economías maduras; se usa la brecha de productividad intersectorial para medir el efecto de cambio estructural sobre la desigualdad del ingreso. Los resultados confirman aumentos de la productividad agrícola y una asociación entre la brecha de productividad intersectorial y la desigualdad del ingreso. El efecto es, sin embargo, marginal en economías agrarias y avanzadas, pero fuerte e importante en economías duales principiantes: un incremento del 1% en la brecha de productividad intersectorial aumenta la desigualdad medida por el coeficiente de Gini en 0,5%. El efecto se pierde en economías duales intermedias y desaparece completamente en economías duales avanzadas. Finalmente, la redistribución ha sido la llave para compensar a los perdedores en los cambios de la desigualdad, particularmente las personas que entran a la economía no agrícola.