La e-administración, y más en general e-gobierno, han sido unos conceptos y unos instrumentos muy potentes, durante los últimos quince años, para renovar en las administraciones públicas los mecanismos de información, comunicación y prestación de servicios públicos hacia los ciudadanos. Se podría llegar a la conclusión que con la implementación de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) las instituciones públicas son más eficaces en su relación con la ciudadanía y en la prestación de servicios. En efecto la Administración Pública ha ido perdiendo durante las últimas décadas su vigor formal derivado de la fortaleza inherente al concepto de Estado clásico y se ha transformado en un instrumento que capta recursos para transformarlos en servicios directos indirectos a los ciudadanos.