Resumen: Como gobernante de la nueva potencia económica del mundo, Xi va a seguir a sus predecesores recientes tratando de combinar crecimiento económico con estabilidad política. Sin embargo, está demostrado que esta labor es cada vez más difícil. Una desaceleración en la economía, corrupción e innumerables problemas sociales están causando creciente frustración entre el pueblo chino y preocupación entre sus funcionarios.