Resumen: Después de un primer fracaso en 1973, la Noruega debería unirse a la Unión Europea al mismo tiempo como Austria, Finlandia y Suecia en 1995. Pero al igual que veinte años atrás, el pueblo rechazó la membrecía en un referéndum. Lejos de ser superficial, este rechazo fue impulsado por lo social y político.