Resumen: Una vez más se presentan ataques de medianoche como el 23 de marzo donde ocho miembros de las fuerzas especiales de Indonesia, con máscaras negras y empuñando fusiles AK-47, irrumpieron la prisión de Cebongan en Java sur. Uno de ellos, un sargento, Ucok Tigor Simbolon, disparó a cuatro hombres matándolos en sus celdas. Los hombres todos mafiosos habían sido detenidos bajo sospecha por haber matado a un soldado del batallón de Sr. Ucok durante una barra de lucha. Los soldados, de la unidad de élite de las fuerzas especiales conocidos como Kopassus, realizaron una venganza. Ante el tribunal militar se encontró al culpable de asesinato Ucok condenó a 11 años de prisión. Dos cómplices recibieron penas de entre seis y ocho años. Todos fueron expulsados, el juez dijo que era una mancha reputación del ejército. Generales de Indonesia ahora pretenden trazar una línea debajo un juicio rigurosamente vigilado.