Resumen: Londres tiene una larga tradición de acoger a los políticos paquistaníes que han abandonado su patria a toda prisa. La forma habitual es que los líderes derrocados se instalan en uno de los barrios más elegante de la ciudad. La estrategia fue útil para Benazir Bhutto y Nawaz Sharif aunque falló por Pervez Musharraf, un ex dictador, ahora envuelto en un juicio por traición después de su regreso tontamente el año pasado. Ha resultado más difícil para Pakistán el colorido elenco de políticos a permanecer en Londres mientras empuña también a volver. Altaf Hussain, el fundador y líder de la Muttahida Qaumi movimiento (MQM), es el único que lo ha hecho. En un momento cuando el gobierno paquistaní reprimió a MQM afirmó en Gran Bretaña en 1992. Nunca optó por volver, incluso cuando los vientos políticos cambiaron y pudo retomar el control de Karachi, una mega ciudad cuya población es casi igual a Australia.