Enseñar a leer y escribir es la tarea primaria de la escuela como tal. Este artículo es una reflexión y una invitación a estudiar estas perspectivas y a pensar en cuánto de libertad, y de derechos del niño se defienden desandando lo “naturalizado”, construyendo identidades libre y no niños que en el anonimato van convirtiéndose en sombras de otros.