Incluye referencias al final de algunos capítulos.
Las religiones están inspiradas en hermosos principios que se enderezan a un fin común: combatir la corrupción humana; pero el camino del infierno está empedrado de religiones bien intencionadas. Balzac nunca hizo la distinción entre religiones y religiosos. Si las religi.ones son buenas, los religiosos tienen intereses diferentes al ejercicio práctico de la virtud y de la represión de las “prácticas depravadas del hombre”. Antes de cuidar de sus ovejas, a los religiosos les interesa esquilarlas y esquilmarlas.
9789589146538
IGLESIA CATÓLICA Y GUERRA--HISTORIA--SIGLO XIX RELIGIÓN Y ESTADO--HISTORIA OBISPOS--HISTORIA SACERDOTES--ASPETOS SOCIALES