Las evoluciones científicas y tecnológicas de todo los tipos que en la actualidad conocemos, han permitido que este siglo XXI sea catalogado como la era digital, pues una nueva sociedad se ha formado entorno al empleo de las tecnologías de la información y comunicación, incidiendo dentro de los procesos de interacción, que las tecnologías digitales están modulando y prácticamente rigiendo las condiciones y formas de acceso a la ciudadanía del siglo XXI, percepción que supone una nueva manera de concebir el futuro de la humanidad y de la sociedad. La realidad de Colombia, ante la declaración la emergencia sanitaria desencadenada por el COVID-19, se fundamentó en el hecho de que la educación protege y sustenta la vida y su dignidad, y por ello, el Ministerio de Educación , fijo durante el 2020 las políticas relacionadas con la modalidad de trabajo académico en casa, bajo la estrategia ¡Juntos en casa lo lograremos muy bien!, lo cual requirió el ejercicio de una práctica pedagógica en modo remoto y la familiarización con los mecanismos de comunicación posibles, con la variabilidad en la frecuencia de comunicación entre docentes y estudiantes, con el trabajo autónomo, con la mediación de las familias para apoyar los procesos de aprendizaje. Es evidente que esta era de conectividad y globalización han permeado todos los ámbitos que conocemos, inclusive la educación, es por esto, que en consideración se establezca el flujo comunicacional correcto, con las herramientas tecnológicas y capacitaciones adecuadas para un buen manejo y uso de estas evoluciones, la infraestructura computacional y de conectividad usados en los modelos pedagógicos de la educación básica y media en un entorno social, los cuales son analizados alrededor a la emergencia sanitaria que contrajo el COVID-19.

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