Resumen: Promoción de la democracia es a menudo desestimada como un esfuerzo insignificante en la política exterior estadounidense. Convencionalmente las sanciones económicas son ridiculizadas como ineficaces y contraproducentes. Por lo tanto, uno podría predecir que el uso de sanciones económicas para promover la democracia representa una estrategia irremediablemente inepta. Por el contrario, este estudio encuentra que las sanciones representan un instrumento relativamente eficaz de promoción de la democracia. La idea de que las sanciones sean inútiles se dio en la época bipolar, cuando los atributos estructurales del sistema internacional limitaban la efectividad de las sanciones de la superpotencia. Tras el marcado cambio en la configuración polar del poder sobre la desaparición de la Unión Soviética, sin embargo, los atributos estructurales del sistema presentan un ambiente más benigno para los esfuerzos de las sanciones de los Estados Unidos. Un análisis comparativo de la aplicación de sanciones de la democracia en la era bipolar versus aquellas implementadas en la década de 1990 revela que las sanciones se convirtieron considerablemente más eficaces. Este ensayo examina el origen causal del aumento de la eficacia de las sanciones de la democracia y considera que si se puede sostener la alta tasa de éxito para el enfoque en el futuro a la luz de recientes desafíos a la hegemonía norteamericana.