Los sectores democráticos de los países latinoamericanos libraron en los años de la Segunda Guerra Mundial una lucha activa contra la actividad subversiva de las potencias fascistas en el continente y contra la reacción interna, buscando el progreso social, por la ayuda a la coalición antihitleriana, que encabezaba la URSS, la cual soportó el peso fundamental en el enfrentamiento con la Alemania hitleriana. El movimiento antifascista en los países de América Latina en vísperas de la Segunda Guerra Mundial se desarrollaba en una complicada situación política interna, agravada por la agudización de la lucha entre las principales potencias imperialistas por afirmar allí su influencia.