Varias ciudades y municipios del país se encuentran en el proceso de implementar una articulación de su transporte público, con el objetivo de mejorar la calidad del servicio al usuario y reducir impactos negativos relacionados con accidentalidad, congestión y contaminación. En este artículo se analizan dos de las primeras experiencias que se conocen en este aspecto, las del sistema Transporte Integrado de Manizales (TIM) y el sistema Transporte Integrado Operador de Armenia (TINTO). Por ser dos proyectos que se adelantaron con procedimientos, características y resultados muy distintos, su estudio comparativo aporta interesantes elementos de aprendizaje que pueden ser de gran utilidad para futuros proceso de integración en ciudades colombianas, incluyendo el caso del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) que se está implementando en Bogotá.