Incluye referencias bibliográficas

"Es importante resaltar que, en la actualidad, existe una separación teórica y práctica entre ética y política, manifestándose en su máximo esplendor en las instituciones públicas y gubernamentales. De esta manera todo lo intrínsecamente ligado al aparato estatal, se visualiza por parte de la ciudadanía como corrupto e ineficaz, en la medida que se transmite este conocimiento de generación en generación, a tal punto que ha tomado forma de paradigma social.
En este orden de ideas, la constitucionalidad es vista como un órgano del gobierno al servicio de una clase privilegiada con rango monárquico, en la cual, la corrupción permea el presupuesto público. Sin embargo, se han creado órganos de control, los cuales salvaguarden el principio moral del buen proceder y la ética sea exigida, como mínimo requisito para ejercer en cualquier cargo público.
El debate es amplio y siempre se partirá de las buenas costumbres y las normas arraigadas de cada sociedad, con la premisa de actuar moralmente y éticamente de la mejor manera posible.
Por tanto, es de gran importancia que los entes responsables se hagan cargo de ésta situación, que ha conllevado a ésta población de¨ madres e hijos¨ no disfruten de sus derechos dignamente, que son cubrir sus necesidades básicas y sociales. Sabiendo que las familias son parte fundamental para la sociedad.
Las políticas públicas de infancia y adolescencia, la protección constitucional y las leyes, la institucionalidad y la propia sociedad se han quedado un poco cortas en el buen desarrollo y ejecución de éstas, ya que sean vulnerado el goce efectivo de sus derechos como la atención integral y social de esta población, evidenciándose vacíos en la vigilancia y control de los diferentes programas y proyectos en beneficio de ellos."